AL ATLETI LE QUIEREN DEMASIADO

AL ATLETI LE QUIEREN DEMASIADO

Tengo la teoría de que el Atleti tiene un problema con el hecho de que le quieran tanto.

Cuando veo esas increíbles manifestaciones de afecto que tiene la afición con ellos antes de un partido, pienso que les hace sabedores de que les van a querer igual aunque pierdan.

Si. Aunque pierdan. Ese es el problema.

Creo que la garantía de afecto les quita un punto de desesperación por la victoria que, por ejemplo, el Real Madrid siempre tiene. En el Madrid, si ganan, son dioses. Si palman, son unos paquetes y habría que echarlos a todos. Perder no es una opción.

La desesperación por la victoria se puede forzar

En neurociencia existen los contrafactuales, que son aquellos universos que imaginas, alternativos a la decisión que has tomado. Es lo que te lleva a pensar qué hubiese ocurrido si hubieses tomado otra decisión distinta a la que tomaste. Cuando aparecen, aparece la duda.

Hay una solución. Se relata en la crónica de Díaz del Castillo sobre la conquista de Méjico por Hernán Cortés, cuando el conquistador mandóQuemar las naves’. Existen precedentes en los casos de Alejandro Magno en Fenicia, Julio César en Britania, Agatocles en Sicilia, el duque de Normandía en Inglaterra, Barbarroja en Argel o Sun Tzu en China… Lo cierto es que los militares entendieron rápido que la desesperación por la victoria multiplica tu potencial. Cuando no hay más opciones, es que solo hay una opción; ir hacia delante.

Los ejecutivos tenemos una red que nos atenúa el hambre

Con el cariño de la afición garantizado, el Atleti tiene dos opciones. Tres si contamos el empate. Algo así ocurre con nosotros los ejecutivos.

Se puede decir que el ejecutivo –salvo en el caso de que te toque un jefe psicópata- tiene garantizado el afecto de la empresa. Razonablemente, se le ayuda, se le incentiva y se le motiva para que rinda lo mejor posible. Es decir, se entra en el proceso.

Cuando trabajas como proveedor, el proceso no importa. Solo se mira el resultado final. Si la cagas estás fuera. Eres un paquete. Aunque seas Cristiano Ronaldo.

He estado en los dos lados y la desesperación no tiene nada que ver. En la empresa, si no sabes hacer algo, te ayudan, te enseñan, te capacitan. Fuera de ella, te buscas la vida o te buscas la vida.

La desesperación te hace sacar recursos de donde no sabías que había

Es por todo esto que, para el desarrollo del potencial profesional, creo que es muy sano pasar temporadas en la zona de ‘desesperación’. No es cómodo, desde luego, pero es increíble cómo sacas recursos de donde no sabías que había y cómo expandes tus talentos.

No hace falta quemar las naves y dejar la empresa, basta con arriesgar dentro de ella. Asumir explícitamente la responsabilidad. Liderar. Crear. Quitarse la red.

El mejor juez es el mercado

Cuando haces lo que te piden y cómo te lo piden, en realidad vas tomando la forma de tus funciones, la que tiene prevista la empresa para ti. Cuando lideras, cuando tomas la iniciativa, es cuando vas cogiendo tu forma natural. Es cuando matizas tus talentos y los pules. Cuando descubres en qué eres realmente bueno. Bueno de verdad, porque lo dice el mercado, no tu jefe. De las empresas no puedes fiarte porque nunca sabes si te dicen lo que haces bien porque es verdad o para motivarte. En la calle no te lo dicen, te vuelven a contratar o no.

El afecto de la afición está muy bien, pero si realmente queremos agradecerlo, queramos desesperadamente ser mejores. Futbolística y profesionalmente

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