Vamos con una historia de esas que demuestra que la vida es maravillosa. Que no es blanca ni negra, sino que mezcla los colores generando infinitas combinaciones. Que no es como una bala que va de un sitio a otro sino un petardo buscapiés de esos que se mueven como una culebra cambiando de dirección sin orden ni concierto. Y demuestra que, quien comprende a las personas, comprende el mundo.
Después, sacaremos algunas moralejas.
La historia viene de una película cuyo título no desvelaré aún, que me facilitó Alex Uriarte y de posterior research por internet. No seré muy concreto porque no me interesa saber la exactitud de las cosas, sino la visión holística y, sobre todo, las conclusiones.
Teoría DISC del comportamiento de las personas
La teoría DISC determina unos rasgos de personalidad que marcan nuestro comportamiento en mayor o menor medida hasta el punto de que se puede predecir la conducta más común de una persona mediante un sencillo test.
Los cuatro rasgos de comportamiento son Dominancia, Influencia, Seguridad o regularidad y Control o Cumplimiento de normas. Todos tenemos algo de cada uno, habiendo perfiles más polivalentes y otros más polarizados. Sin embargo, no olvidemos que no siempre nos comportamos igual en todas las circunstancias, ni con todo el mundo. Pero siempre tenemos algún rasgo dominante sobre los demás.
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En crystalknows.com puedes hacer el test de manera gratuita y, en las versiones de pago como Discovery Insights, te facilitan un informe de 23 páginas con un nivel de detalle sobre tu comportamiento bastante sorprendente y certero. La metodología tiene más de 70 años de desarrollo y parece factible que se pueda tipificar el comportamiento humano en unas decenas de estereotipos con un determinado nivel de profundidad.
Pero la gracia está en el origen de esta teoría.
El profesor William Marston, licenciado en psicología por Harvard, la desarrolló en la universidad de Tufts en Medford, Massachusetts, en los años 20, mientras realizaba las investigaciones para su libro “The Emotions of Normal People”.
La obsesión de Marston no eran los comportamientos patológicos, sino el comportamiento de la gente normal.
La cuestión es que decidió involucrar a su grupo de alumnos entre los cuales estaba Olivia Byrne, que acabó siendo la meritoria. El grupo de trabajo lo completaba Elizabeth Holloway Marston, su mujer, que era abogada y psicóloga, aunque no logró cátedra por la dificultad de una mujer para abrirse camino en aquella época.
Olive era hija de Ethel Byrne, una conocida activista feminista que, junto su hermana Margaret Sanger, abrieron la primera clínica de control de natalidad en Estados Unidos. Marston, por su parte, también era un declarado feminista.
La historia coge color si añadimos que, en paralelo, la pareja estaba desarrollando un detector de mentiras, siendo los descubridores de la medición de la presión sistólica para la detección de engaños, base del polígrafo desarrollado por John Augustus Larson.
Pues bien, el caso es que la necesidad de poner sobre la mesa la verdad más profunda y honesta para poder así detectar los engaños, les lleva a explicitar que están viviendo una tensión sexual no resuelta entre los tres. Están enamorados todos de todos. Finalmente, acaban involucrándose en una relación poliamorosa en la que exploran los límites con prácticas de fetichismo y bondage.
Estas prácticas, les sirven para analizar los roles que ejercen cada uno en cada momento enriqueciendo la teoría DISC, que en realidad es acrónimo de: Dominante, Influyente, Sumiso y Complaciente. Son dos ejes Dominante/Sumiso e Influyente/Complaciente. Lo que viene a decir es que tienes rasgos preponderantes, pero a veces necesitas espacios donde ejercer el opuesto para equilibrarte y descansar de ti mismo o como simple crecimiento personal. Imagino que, de ahí, desde esos ejecutivos dominantes que por las noches practican masoquismo, a esos empleados rasos que se convierten en tiranos en casa. Esto es interpretación mía.
El profesor publicaba en abierto, como buen adelantado a su tiempo
La obsesión del profesor era difundir su teoría para fomentar el autoconocimiento, especialmente en las personas más jóvenes. Por eso es una metodología tan desarrollada, porque la publicó en abierto y ha podido ser desarrollada posteriormente por otros psicólogos como Walter V. Clarke o Arnold S. Daniels, siendo en la actualidad la base de servicios profesionales como los comentados antes.
Por cierto, su desarrollo del detector de mentiras, también fue publicado libre de patentes.
Pero volvamos a la historia.
El resentido exnovio de Olive destapa la relación y son expulsados de la universidad, precisamente cuando Olive se ha quedado embarazada. Elizabeth logra trabajo como secretaria, pero no es suficiente.
Entonces, el Profesor Marston, que dentro de sus prácticas sexuales manejaba viñetas pornográficas, se le ocurre una gran idea.
Considerando que el comic era un vehículo de gran aceptación entre su público objetivo joven, se le ocurrió utilizarlo como formato de comunicación de alto engagement -como decimos los horteras que no sabemos que está todo inventado-.
Para ello, ayudado del dibujante Harry G. Peter, creó un personaje que, en sus aventuras, expusiese y popularizase las diferentes formas de comportarse de las personas según su patrón DISC, facilitando el autoconocimiento en los jóvenes.
Ese personaje, además, tendría que ser una superheroína que reivindicase el poder de la mujer. Así nació Wonder Woman.
La mujer maravilla era una proyección de Olive y su indumentaria estaba inspirada en los elementos fetichistas que usaba el trío. Pero sobre todo, era una forma de introducir en la sociedad el valor y poder que deberían ejercer las mujeres en el mundo.
«Mujer Maravilla es una propaganda psicológica para el nuevo tipo de mujer que debería ser, en mi opinión, para gobernar el mundo».
William Moulton Marston.
Dentro de sus habilidades, le proveyó de un lazo dorado con el que, quien fuese capturado, solo podría decir la verdad. Un guiño al detector de mentiras.
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DC comics, compró el personaje y pronto comenzó a vender más que el mismísimo Superman, lo que atrajo la atención de los estamentos más puritanos de la sociedad norteamericana que le solicitaron que rebajase la intensidad de las situaciones que pudiesen ser asociadas a prácticas no convencionales.
Obviamente, Marston se negó hasta que murió en 1947.
A partir de ahí se claudicó y se suavizó la línea editorial, llegando incluso a retirarle los superpoderes a Wonder Woman, para serle devueltos en los 80 con la evolución de los tiempos.
Flipe de historia: el creador de DISC es también el creador de Wonder Woman que, además, inventó el polígrafo 😳
Vamos con las conclusiones
1. No puedes comprender la vida si no la vives
Hay una forma de vivir la vida en la que buscas, exploras, pruebas, pero en la que además sacas aprendizaje de todo ello. Incluso lo estructuras en teorías para extrapolar los aprendizajes a otras situaciones.
Siempre he defendido que si la cultura de una persona se mide por el tamaño de su biblioteca, la capacidad de comprender a las personas, la empatía, se mide por el tamaño de su vivioteca, de la acumulación de experiencias vitales.
Además, desarrollé una metodología que se llamaba Full Experience, que se basaba en vivir la vida a fondo, disfrutarla, y analizar después. No durante. Porque no puedes comprender lo que hacen las personas observando, sino viviendolo.
2. La comunicación de asuntos formales, entra perfectamente en formatos informales
La comunicación intelectual, de aspectos de intensidad cognitiva, funciona perfectamente en formatos informales. La genialidad de Marston de comunicar sus principios en comic es como divulgar ciencia con youtubers. En aquella época Goebels ya desarrolló la propaganda utilizando técnicas cinematográficas, que impactaban mucho más en el público.
Creo que la comunicación de asuntos ‘serios’ puede coloquializarse sin perder rigor y ganando aceptación. Nos hemos sofisticado mentalmente y ya sabemos leer entre líneas y por encima de las formas. De hecho, que nos acerquen las cosas a códigos más afines, nos quita la pereza e incluso alimenta el interés.
3. La mente de las personas puede estirarse
No me va el bondage ni el fetichismo. Pero si que practico una especie de bondage mental, jugando a estirar la mente de la gente con la que interactúo y la mía propia. He tenido la suerte de conocer en mucha profundidad a algunas personas, de ayudarles a conocerse y ordenarse. A explorar los límites y crecer. A vencer traumas y tomar las riendas de su vida.
A veces, esas personas, me han acusado de conocerlas mejor que ellas. Pero es que en realidad estaba comprendiendo patrones de comportamiento que me permitían descifrar a las personas y al mundo. Patrones que contrastaba con los míos propios ayudándome a conocerme también.
4. El mundo es multidisciplinar
Que bonito es cruzar temas. Combinar ingredientes. Agregar valor. Como dice Titonet: «Es en la frontera del conocimiento inútil donde el hombre encuentra las soluciones no obvias»
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