¿Qué diferencia hay entre la comunicación racional y la emocional?
La respuesta es que una nace para cambiar las ideas y la segunda para variar las emociones. Y es que todos sabemos que un estado de ánimo, de tristeza o de euforia, condiciona nuestra capacidad de raciocinio. Estamos viviendo una época en la que las emociones se están apoderando de nuestro centro decisional. Esto está provocando una tremenda imprevisibilidad a todos los niveles que hace que las encuestas fracasen recurrentemente y que se den acontecimientos sin precedentes en la política, la economía y la sociedad. Por ello la toma de decisiones, bien sea un voto, el acto de consumo o una decisión personal, cada vez están más basados en las emociones, muchas veces en contra de lo que la lógica marca.
Hace dos años que comencé a analizar la influencia de la persuasión racional y la persuasión emocional a través de casos diversos, desde Trump o Podemos, hasta Bankia, la OMS o la UEFA. En el camino, los amigos de LID Editorial me permitieron volcarlo todo en un libro que este mes ve la luz.
He intentado ofrecer una lectura entretenida, plagada de historias y que estimule la mente del lector para que cada uno saque sus propias conclusiones. Además he querido ofrecer muchas ventanas de salida, para que puedas leerlo a trocitos o seguido, según te apetezca.
Le dedico gran parte a dibujar el mundo en el que estamos viviendo y cómo la transformación digital ha cambiado nuestro comportamiento, nuestras relaciones y nuestros modelos de confianza.
Finalmente, propongo un modelo que permite analizar cualquier caso en el que la persuasión racional esté fallando y que estimula la creación de una estrategia emocional.
Hasta, al final, me he permitido desvelar las intimidades de mis cuñados Javier e Inma en el caso ‘Mi mujer quiere tener un hijo y yo no’.
He contado además con el lujo de que Patricia Abril escriba un generoso prólogo por lo cual le estoy eternamente agradecido.
El libro ya se puede comprar en LID Editorial y pronto en Amazon y librerías físicas.
Reproduzco aquí la última frase del libro que hago extensiva a todos los que en algún momento habéis leído algún post mío o parte de él o algún meme o cualquiera de mis comentarios:
«Te agradezco cada minuto de tiempo que me has dedicado»
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