Muchos ejecutivos y profesionales de todo tipo se reúnen cada domingo para jugar las ligas de empresa de fútbol. Me hace mucha gracia porque lo que allí veo es un claro reflejo de la forma en que trabajamos.
Da igual la jerarquía de los individuos, que sea un director general o un currito, allí se mezclan y sale espontáneamente la verdadera naturaleza común. Lo que allí sucede es la realidad del día a día en cualquier empresa.
Estas son las reflexiones que me llevo aplicadas al desempeño en cualquier oficina un lunes por la mañana:
- Hacen falta jugadores en todas las posiciones y todos son importantes y merecen respeto.
- No hay que intervenir en todas las jugadas. Si lo haces, acabarás entrometiéndote en el trabajo del otro. Deja que los demás también tomen sus decisiones.
- Sin embargo, es fundamental que todos juguéis a lo mismo.
- Es importante que entiendas tu posición relativa y en qué contribuyes al juego del equipo.
- También es importante que os habléis en el campo. Se que eres el centro del Universo, pero me cuesta leerte la mente.
- No intentes repetir lo que viste ayer en el partido de primera división, lo hacía un profesional superdotado. También aplica a lo que te contaron Steve Jobs, Warren Buffett o Richard Branson en aquella conferencia.
- Cuando el otro equipo se lleva todos los rebotes, no es suerte, es que pone más intensidad.
- Te podrían llamar chupón las mismas veces que se lo llamas tú a otros.
- Ese equipo tan malo te va ganando porque en lugar de recrearse en tus debilidades, intenta dar el 100%.
- Deja en paz al árbitro, falla menos que tú.
- No, no estás cansado. Lo que pasa es que defender no te parece digno. Por qué si no cuando hay que atacar corres como un loco? Todas las funciones son importantes
- No, no, no y no. Nadie tiene la obligación de motivarte. Tu motivación es solo tuya, de tu ética y de tu compromiso.
En fin, que si quieres analizar los problemas en las empresas y en el país en general, solo tienes que acercarte a cualquier polideportivo municipal un domingo por la mañana
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