CREAR IDEOLOGÍA ES UN TRABAJO MUY SOLITARIO

CREAR IDEOLOGÍA ES UN TRABAJO MUY SOLITARIO

Hay mucha literatura sobre el respeto del proceso creativo. Yo mismo he defendido muchas veces que los creativos deben de dedicar cuotas de su tiempo a la curiosidad, que las buenas ideas no tienen due date tipo “véngame con el ideón el martes a las 18” o que el creador vive en la obsesión y no en la multitarea.

Estoy de acuerdo con que hay que tender a ello y sigo pensando que los creativos requieren una gestión motivacional más que una presión por objetivos, incluso con toda la incomodidad que conlleva para los managers que tienen que coordinar los timings.

Pero cuando digo que hay que tender a ello hablo de flexibilizar un poco, no de convertir la gestión de una compañía en una anarquía. La mayoría de los procesos en una empresa requieren de planificación y no se puede vivir a expensas de cuando aparezca la gran idea. Por eso cogemos la mejor idea que haya en el momento y no paramos la maquinaria a la espera de la idónea. A lo que me refiero es a buscar un punto intermedio.

Pues hay otro proceso que no se suele respetar en las organizaciones debido a la necesidad de dar resultados cuatrimestre a cuatrimestre y es la generación de una ideología. Las empresas que no tienen un líder fuerte y comprometido con el largo plazo, pasan de puntillas por la ideología y reducen la misión, la visión y el propósito de la compañía a un slogan creado en una tarde, después del comité de la mañana.

¿Quién quiere ideología cuando tengo que lanzar la versión 3.2.2. de mi producto que es mucho mejor –dónde va a parar- que la 3.2.1. que lanzamos el semestre pasado? Oiga, tengo que ordeñar la vaca lechera, no tengo tiempo para pensar en qué quiero ser de mayor. De mayor ya me habré movido, que me ha llamado un head hunter esta tarde cuando me he salido del comité justo cuando hablábamos del propósito.

Pero la ideología no consiste solo en generar ese propósito de la empresa. Ideología es una reflexión traducida en un ideario que marca pautas de actuación consistentes, incluso en las pequeñas cosas. La ideología da como resultado la cultura de la organización.

La ideología también es un proceso creativo

Al hablar de generar ideología, implica que hay un proceso creativo. Por ello debe ser alimentado por la curiosidad. Si un proceso creativo tradicional debe someterse a estímulos artísticos disruptivos y explorar el impacto emocional, el feed de la ideología es sensiblemente diferente. Esta se alimenta de aspectos culturales y con cultural me refiero a aspectos que representan a la sociedad. Hace falta estar con gente, vivir experiencias, ver mucho youtube y también la tele –si, la tele-, jugar a videojuegos, ir a festivales, hacer el papeleo en hacienda… en definitiva; hace falta vivir en el mundo.

Está bastante claro que la ideología no va a surgir entre las cuatro paredes de la sala de brainstormings.

La ideología es estrategia

La creatividad produce elementos más tácticos, de aplicación más inmediata. La ideología produce fundamentos que caracterizan la identidad de la organización. La buena noticia es que no tenemos prisa por tenerla. La mayoría de empresas no la tienen o es tan artificial e impostada que es como si no la tuviesen, por lo tanto no hace falta correr ahora. La operaciones pueden seguir su ritmo y podemos abrir un proceso paralelo con paciencia hasta que tengamos la mejor propuesta. Esperemos a estar seguros de que es relevante para la sociedad, consistente con nuestros activos y coherente con nuestro ADN.

La ideología es una abstracción

Es un ideal por lo que se describe en su perfección. Eso significa que en la aplicación aparecerán las imperfecciones y debemos ser muy conscientes de ello. Es igual de malo no tener ideales que no hacer nada porque no somos capaces de mantener la pureza de los mismos.

Pero a donde quiero llegar es que el encargado de idearla sí que tiene que trabajar en un universo de abstracciones. De esta forma, la ideología no debe ser analizada en su detalle sino en su conjunto. Se trata de una gran intención estructurada sobre una lógica, no de una demostración lógica de un resultado.

Hacer descripciones ideológicas es un trabajo muy solitario

Porque siempre hay alguien que no entiende qué haces pensando y no haciendo. Hay un estudio que dice que el 33% de los penalties tendrían más posibilidades de ser parados si el portero se quedase en el centro de la portería. Sin embargo, tan solo sucede en el 7% de las ocasiones. Y es que confundimos el estar en movimiento con estar produciendo.

También están los que escuchan y dicen: «y esto cómo lo aplico» sin darse cuenta de que sacar una aplicación es precisamente su trabajo. Es muy difícil pensar en abstracto y en concreto a la vez. Los dos son importantes, solo hay que organizarse.

Me gustaría pensar que este blog, o lo que en él quiero decir, sirve de descripción ideológica sobre mi profesión, generando al escribirlo un compromiso con mis ideas

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