Que lujo este confinamiento que te permite reunirte virtualmente con amigos con los que presencialmente no encontrabas hueco.
Uno de ellos es Alain Uceda, con el que cualquier conversación te lleva a demasiados sitios.
Comentábamos cómo vemos a gente a nuestro alrededor trabajando en tareas que nunca van a tener lugar porque cuando llegue la fecha de ejecución, el confinamiento se va a haber alargado o si se levanta, las condiciones no serán de normalidad.
Sin embargo, ahí andamos. Entretenidos
Probablemente sea sano mentalmente, como las clases virtuales de los niños. Pero útil, lo que se dice útil…
Cuando dormimos, refrescamos, ordenamos y experimentamos
Se está estudiando mucho el sueño y hay tres conclusiones a las que se ha llegado.
La primera se basa en que, durante el sueño, el sistema sanguíneo depura toxinas. La necesidad de que los bebés nazcan con el mayor grado de desarrollo posible pero cuando todavía quepan entre las caderas de la madre ha llevado a que el cráneo retenga el crecimiento de la parte más ancha del feto. Esto produce que en la cabeza se hayan generado una serie de eficiencias. Como el hecho de que la depuración se produzca por la noche, con el sueño.
La segunda es que, durante el sueño, se produce la poda neuronal, especialmente importante en la gente joven. Los adolescentes aprenden muchas cosas a lo largo del día y por la noche, el cerebro elimina conexiones que considera innecesarias para proteger las importantes.
La tercera es que el cerebro aprovecha cuando duermes para experimentar. Eso son los sueños, una exploración de sensaciones, ideas, predicciones, etc. Como en Alicia en el país de las maravillas, el cerebro crea y experimenta con total libertad, abandonado al inconsciente.
Si, simplificando los tres efectos, consideramos que el sueño sirve para oxigenar, ordenar y experimentar, ya tenemos tres actividades que decimos que el día a día no nos permite hacer.
La mitad del trabajo estéril puede canalizarse a algo útil
Si la mitad del trabajo que estamos teletrabajando no va a tener lugar y ya lo sabemos, Alain y yo proponemos una cosa:
Dedica la mitad de tus recursos -la mitad de tu equipo o la mitad de su tiempo- a soñar. Es decir, a oxigenar, ordenar y explorar.
Todos tenemos claro que va a haber cosas que cambien. Directamente o por miedo a vivir una situación familiar, pero es seguro que nuestros comportamientos como trabajadores, consumidores o ciudadanos van a cambiar por mucho tiempo.
¿No tendría sentido dedicar esa mitad de los recursos a imaginar como tomar posiciones competitivas en esos escenarios?
Claro que no van a acertar en la mayoría de los diagnósticos o de las prescripciones, pero al menos sí en una minoría. Lo que es seguro es que todo ese trabajo para a partir del 11 de abril no va a servir para nada cuando se prorrogue la cuarentena un mes más (en China han estado 100 días).
Es más, si se adelantase el levantamiento del confinamiento, tampoco va a ser una transición de la noche a la mañana. Van a haber escenarios de transición impredecibles… Bueno, impredecibles si no lo intentas.
La propuesta precisamente es empezar a imaginar nuevas situaciones no para acertar, sino para generar una flexibilidad mental cuando llegue el momento porque hayamos oxigenado, ordenado y aprendido a explorar en el nuevo escenario…
.
.
.