EL CASO DE ÉXITO

EL CASO DE ÉXITO

El caso es que no creo en los casos de éxito.

Tiene que ver con nuestra naturaleza latina que busca siempre soluciones rápidas y sin esfuerzo. Lo veo claramente cuando me piden que explique un caso de éxito. Me sobreviene entonces una especie de sensación de predicador porque delante tengo una
audiencia con demasiadas ganas de creer, de creer en una solución divina a sus
problemas, una solución que los resuelve de forma mágica e inmediata.
Los casos de éxito se confunden casi siempre con las
garantías de éxito
y estas, como la magia, no existen. Cuando alguien explica
el proceso de ejecución de un proyecto hay que ponerlo en contexto y desglosar
las circunstancias en las que se produjo, la casuística particular y la
cualidad real del resultado.
De esta forma, en los casos de éxito hay una oportunidad
para extraer un elemento clave; las condiciones sine qua non. Son aquellas que son
fundamentales para poder tener éxito. Son aquellas en las que todos, los que
triunfan y los que no, deben basar su trabajo.
Aquí está la gran diferencia de actitud. El que busque
garantías de éxito, hará una imitación de una performance distinta en un
entorno distinto y bajo unas circunstancias distintas.
El que extraiga las condiciones sine qua non, podrá cimentar
el proyecto
para luego edificarlo adaptándose al entorno real e incluso
dándole un toque personal, eso si,… sin garantías de éxito.
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