El sistema educativo debería de dividir las carreras profesionales en dos tipos; aquellas en que si cometes un error puedes hacer daño a alguien y aquellas en las que no.
Las primeras se refieren a trabajos como la medicina, la ingeniería, la cualificación para piloto de avión, hace falta una certificación por parte de un organismo oficial que acredite que sabes hacer el trabajo.
Las podríamos llamar profesiones técnicas.
Las otras suelen referirse a profesiones en las que se puede desempeñar el trabajo con excelencia sin haber recibido una formación académica. De hecho, hace tiempo, un vendedor o un artesano aprendían su trabajo de la mano de otro profesional. Por supuesto que un entorno académico facilita el acceso a un conocimiento mayor y más diverso, pero si solo te formas en ese entorno te acabará faltando calle.
Las podríamos llamar profesiones sociales e incluirían las ventas, el marketing, los servicios, etc.
En unas practicas para aprender, en las otras aprendes practicando
En las profesiones técnicas, antes de desempeñarlas en real, tienes que haber practicado en entornos ficticios hasta acreditar tu pericia.
En las sociales sueles alcanzar tu nivel máximo de aprendizaje mediante la práctica en real. Es más, suele suceder que las cosas cambian tan rápido que los profesores no pueden actualizarse al mismo ritmo y la mitad de lo que aprendes en la universidad ya es obsoleto.
Eso ya lo saben y por eso se tratan de hacer clases prácticas y se analizan casos prácticos.
El problema es que lo hacen mal.
A ver, un caso práctico solo fue practico para el que lo hizo porque los estudiantes no trabajan en el mismo escenario de presión, de incertidumbre ni con las mismas dificultades. Si quisiésemos que los estudiantes acumulasen experiencia real, habría que incluir algunas dificultades, presión y ámbitos de incertidumbre.
El fake elevator pitch
Ahora están de moda los elevator pitch.
Es una presentación de 10 minutos en la que hay que condensar el proyecto y convencer a un imaginario inversor. El problema es que todo es ficticio, huele a ficticio y se ve ficticio.
Los juntan a una hora programada, con un equipo probado y con una audiencia que también interpreta un papel.
Seguro que, igual que yo, has tenido que convencer a mucha gente para sacar adelante proyectos e ideas y nunca ha sucedido como estaba planificado. No suele ser ni a la hora programada, ni con los medios disponibles al 100%, ni por supuesto con la audiencia predispuesta a escuchar tu mierda.
Has tenido que aprovechar un encuentro en el pasillo. Has tenido que remontar después de que el de la reunión anterior deje a tu jefe de mala leche. Te han hecho esperar una hora y has entrado de mala leche tú. Te ha fallado el cable del proyector. Te ha fallado la conexión a internet. Había un asistente que te reventaba el flow a preguntas. Has tenido que condensar los 20 minutos en 5 porque te quedaste sin tiempo. Cuando estabas a punto de empezar, te han cancelado.
Todo tipo de faenas.
Hay que poner dificultades porque la vida es difícil
Lo que quiero decir es que estas presentaciones ayudan en lo técnico; estructurar el contenido, sintetizar, visualizar,… pero no sirven para desarrollar aspectos actitudinales como la resiliencia, la improvisación o la capacidad de sobreponerse.
Mi propuesta es que, cuando formemos parte de un tribunal académico, pongamos a los alumnos en un contexto más real, en un contexto más jodido.
Por ejemplo:
-Llamando el día anterior para que el alumno explique el proyecto por teléfono porque mañana hemos tenido que cancelar la reunión.
-Diciendo que el proyector se ha estropeado
-Pidiendo que lo hagan en inglés aunque no esté previsto porque hay un miembro del holding que ha decidido asistir.
-Diciéndoles que presenten solo una parte que es la que interesa al Board
-Pidiéndoles que te lo cuenten mientras te preparas un café y desayunas algo en la cafetería
-Pidiéndoles que vengan a tu casa mientras esperas a la grúa y subes la moto –si, esta me ha pasado-
-Poniéndonos a cuchichear con los miembros del tribunal de algo que no tiene nada que ver
-Interrumpiendo a medias y continuando al día siguiente a las 8.
Solo de esta forma vivirán lo que ocurre en la realidad. Aprenderán las perrerías que se te suelen cruzar en la vida.
Pero es que creo que desarrollarán mejores habilidades porque con los fake elevator pitch los alumnos están focalizados en la forma; la presentación, el guion o el timing.
En el que yo propongo, por encima de las dificultades, estarán focalizados en una sola cosa: convencer
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