EL MARKETING VA DE F***AR PIEL CON PIEL, NO DE SABERSE DE MEMORIA EL KAMASUTRA

EL MARKETING VA DE F***AR PIEL CON PIEL, NO DE SABERSE DE MEMORIA EL KAMASUTRA
El marketing es un acto de seducción.
Se trata de una comunicación emocional que busca despertar una vinculación irracional -más bien instintiva- de una persona hacia los valores que representa una marca, obviamente, con el fin de que se convierta en una venta continuada, una relación consolidada.
El proceso de conquista es muy diverso y lleva inherente el sello del profesional que lo ejecuta.
¡Ojo!, no es algo malo. Solo quiere decir que, probablemente, el mejor estilo de marketing es el propio de cada uno, porque se hará de una forma mas natural y con una mayor flexibilidad y capacidad de adaptación.
También quiere decir que si la compañía impone un estilo a un perfil poco afín a él, a lo mejor acaba teniendo un profesional con posibilidades haciendo un trabajo sin resultados. En definitiva, quizás no esté haciendo el mejor uso de los recursos.

Hay muchas técnicas de seducción

La gente de marketing tenemos formas de comunicar que me recuerdan mucho a las técnicas para ligar. Algunos cuidan cada detalle para que el momento de la declaración sea perfecto. Pero puede que le dediquen demasiado tiempo a cada conquista si se mueven en un entorno de consumidores promiscuos.
Otros confían demasiado en su labia y se lanzan a la conversación sin tener una estrategia definida.
Hay algunos que hablan y hablan pero no terminan de rematar la faena -estos convierten en justas muchas criticas de ventas-.
También están los que son graciosos, pero solo como amigos.

El Kamasutra del marketing

Pero me gustaría pararme en un estereotipo muy frecuente, al menos en marketing: Los tecnócratas. Se saben el Kamasutra de memoria, tienen todos los fascículos de «Cómo entrar a una chica y triunfar», que ahora se llama inbound. Se apoyan en metodologías que parten de la premisa de que todas las chicas son iguales, de que siempre están del mismo humor y de a todas les sorprende lo mismo.
A ver, no me parece mal la estandarización de los procesos, pero en el momento clave, cuando se trata de sexo, lo que hay que hacer es buscar el contacto humano y sentirse, olerse, tocarse y, sobre todo, escuchar e interesarse sincera y honestamente por el otro

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