Cualquier directivo, cuando tenemos que generar una propuesta estratégica, realizamos el siguiente proceso mental:
1..En un principio, tenemos mucha información. Acumulamos conocimientos y conceptos.
2. En la segunda fase, organizamos la información en ideas. Lo hacemos mentalmente. “Lo tengo muy claro en mi cabeza”, solemos decir.
3. La siguiente fase es cuando somos capaces de aterrizar esas ideas en un documento, esquema o propuesta.
4. A continuación se trata de transformar lo escrito en acción. Hacer que las cosas pasen.
5. Finalmente, hay que ser capaces de generar modelos para que las cosas pasen con recurrencia.
Teoría sobre las barreras del desempeño
Lo que ocurre en todo ese proceso, es que siempre hay un salto que nos cuesta más dar y es donde se nos paran los proyectos. A esos saltos, los llamaré las tres ‘barreras del desempeño’:
Barrera 1: De la idea a la propuesta.
A los que tienen esta barrera, les cuesta aterrizar las cosas por escrito. Hablan con mucha confianza, como sabiendo donde van –de hecho lo saben, pero mentalmente-, pero no son capaces de aterrizarlo en un documento entendible y estructurado.
Barrera 2: De la propuesta a la acción.
La propuesta está armada, pero no son capaces de llevarla a una ejecución. Suele ser gente que habla de verdades absolutas, con mucha asertividad. Amantes de los roadmaps. Y es que tienen la teoría muy clara. Solo la teoría, porque para llevarla a la práctica es otra cosa.
Barrera 3: De la acción a la recurrencia.
Hacer que las cosas pasen es todo un talento. Lo que le ocurre a este perfil es que no es capaz de crear un modelo, por lo que están abocados a la ineficiencia. Puede ser porque sean exploradores y, una vez hechas las cosas, pierden la gracia. También puede ser por la incapacidad de hacer el análisis y habilitar los procesos necesarios.
Pues bien, nos atascamos en uno de esos saltos. El mío lo tengo claro.
Pero no es ahí donde quería llegar.
La barrera 0
Hoy quería hablar de la barrera 0.
Es la barrera que hay al principio del todo. El paso entre tener información y tener ideas. El paso de convertir la información en ideas.
Es que el mal de hoy es el exceso de información. No tenemos tiempo de absorber toda la que hay y, si tenemos un rato, preferimos dedicarlo a adquirirla más que a procesarla.
Esa falta de procesamiento limita la producción de ideas. Es por ello que hoy en día hay más conocimiento sobre cómo tener ideas que ideas en si. Lo mismo pasa con la creatividad, el liderazgo, la autogestión, etc.
El test de la Barrera 0
Si quieres saber si tienes delante a alguien con un problema con esa barrera, te vale con observar si tiene alguno de estos síntomas.
- Ha leído un libro en diagonal y utiliza dos de las conclusiones para argumentar que su proyecto se basa en un concienzudo estudio que ha hecho.
- Dogmatiza sobre cómo deben hacerse las cosas, como si las teorías se sostuviesen hoy en día
- Cita autores permanentemente para reafirmar que lo que dice es válido. De hecho, cuando cita sus obras –o charlas, o posts- son realmente los autores los que dicen las cosas válidas. Sus ideas, en realidad, son un ensamblaje de las ideas de otros sin aportación ninguna.
- Sobreactúa. Compensa con volumen la falta de profundidad de sus razonamientos.
- Presume de lo que lee y de las conferencias a las que va.
- Pasa poco tiempo solo. Dedica poco tiempo a pensar solo. Pensar no es una actividad grupal. Después de pelotear ideas, hay que afrontar la soledad del folio en blanco.
- No escucha. En seguida intenta encajar lo que le piden en un patrón ya existente.
- Le preocupa más molar él que que molen sus ideas.
Como si lo presentaba como un auto-test, estaba seguro de que activarías mecanismos defensivos, así que lo he verbalizado como observación en un tercero.
Pero ahora que estamos solos, no estaría de más hacertelo a ti mismo
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