El premio Audemars Piguet en ARCO ha recaído en la obra 候风地动仪 -Houfeng Didong Yi o en inglés Instruments for Inquiring into the Wind and the Shaking Earth- de Andrea Galvani, que es un homenaje a la temporalidad de las teorías y a los intentos de transformar lo incierto en absoluto.
Lo mejor de trabajar por tu cuenta es la posibilidad de cruzar conocimientos y experiencias de lo más diverso.
El otro día, invitado por Soulsight, estuve en una clase de cuatro horas con Miguel Peiró, doctor en física teórica y matemática que me enseñó qué es un agujero negro. Que me lo enseñase no quiere decir que lo aprendiese, pero sí que me ayudo a entender cómo funciona el magnetismo en los modelos de liderazgo e influencia.
Pero no voy a hablar de eso.
Me llamó la atención su exposición inicial: “Es común escuchar en publicidad y en otros ámbitos la expresión ‘demostrado científicamente’. Sin embargo, jamás he escuchado a un científico decir algo así. Y es que la sociedad pedís a los científicos certezas cuando nuestro trabajo se basa en el cuestionamiento de las mismas. Es decir, el trabajo de un científico no consiste en demostrar que una pared no se puede traspasar, sino en encontrar cómo podría hacerse”.
Me transporté inmediatamente al mundo creativo, no solo publicitario sino de cualquier ámbito innovador o creador, y a los que los gestionan. En este caso me refiero a la fuente de la creatividad, la que reta lo convencional, la fase conceptualizadora. No incluyo la fase de diseño en la que hay que incorporar perfiles complementarios para aterrizar esos conceptos.
Dice Fernando de la Rosa que «Es en la frontera del conocimiento inútil donde se encuentran las soluciones no obvias«.
Y es que, como le sucede a Miguel, iniciamos los procesos creativos señalando un destino predeterminado cuando la verdadera disrupción surge de la divagación curiosa.
Normalmente, se le pide a la creatividad soluciones cuando el proceso creativo se basa precisamente en el planteamiento de alternativas.
Se le pide a la creatividad seguridad cuando la creatividad vive en la duda.
Se le pide a la creatividad que garantice la sorpresa cuando la sorpresa es impredecible.
Se le pide a la creatividad puntualidad, cuando la creatividad se basa en la irrupción.
Se le pide a la creatividad que encaje cuando la creatividad es un desencaje.
Se le pide a los creativos que tengan las ideas adecuadas cuando un creativo vive en lo inadecuado.
El proceso creativo requiere curiosidad, exploración y divagación, lo que en ocasiones conlleva perderse, ser ineficiente o encontrarte con escenarios no esperados y si no estamos dispuestos a ello, es que no estamos preparados para la creatividad.
La ciencia y la creatividad se basan en el cuestionamiento de las certezas y en lo inexplorado. Sin embargo cada vez más les pedimos foco sobre lo que ya existe.
Es como fichar a Messi para que corte balones
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