LOS GESTORES DEBEN DE GESTIONARSE

LOS GESTORES DEBEN DE GESTIONARSE

Un día me dicen en el trabajo: “el lunes tenemos reunión de preparación del pre-comité, resérvate la mañana”.

¿reunión de preparación del pre-comité?

¿el comité tiene una reunión previa que requiere de otra reunión previa de una mañana?

Efectivamente, hay organizaciones de más de 500 personas que dedican el 90% del tiempo y los esfuerzos a hablar consigo mismas, sin producir nada hacia el mercado.

Obviamente, a partir de ciertas dimensiones de compañía, la gestión comienza a ser más prioritaria que otros aspectos. El problema no está en la gestión en sí, está en las trampas que conlleva y que muchas veces detectamos cuando ya es tarde.

Te hace creer productivo cuando solo estás ocupado

Es sencillo. ¿cuántas veces cancelamos una reunión con un proveedor porque tenemos una reunión interna? Muchas veces, cuando esto sucede, estamos cambiando tiempo para que pasen cosas fuera por que pasen dentro. Vender internamente los proyectos es importante, pero llega un punto en que empezamos a vender cosas que no están pasando. Son esos powerpoints cargados de grandilocuente bullshit marketiniano que, reconozcámoslo, no nos creemos ni nosotros mismos.

Son palabras vacías con efecto placebo.

Convierte la gestión en un fin

“A ver si tengo un rato para pensar…”. ¿cuántas veces nos hemos lamentado de esto?. Lo que estamos diciendo es que el movimiento es más importante que la dirección. Es como ese conductor que, en lugar de parar a preguntar, sigue por la carretera esperando que aparezca por arte de magia la indicación de por donde ir. El objetivo no es que el coche avance, es que nos lleve a un sitio determinado. Del mismo modo, el objetivo de nuestras empresas no es ser gestionadas, sino alcanzar determinados resultados. Incluso, a veces, el objetivo es definir los objetivos.

Si te paras a pensarlo… si te paras a pensarlo ya lo estarás haciendo bien.

Te hace perder el contacto con el mundo

Llega un momento en que parece que solo las agencias son la única fuente de información sobre lo que está pasando en el mundo. Es como en “Príncipe y Mendigo”, el día que decidamos asomarnos a la calle veremos que no somos tan queridos como pensamos y que los problemas de la gente no son exactamente aquellos que nos contaban. Además, tratamos tan mal a las agencias que tampoco se atreven a contarnos una realidad que nos incomode.

La gestión es excluyente

La gestión se ha atribuido una superioridad moral injustificada. En consecuencia, parece que “todo lo que no está ordenado es malo”. “Las ineficiencias son el demonio”, como si el proceso de innovación y la exploración no se basasen en la ineficiencia. “Lo que no puedo controlar no puede traer nada bueno”. Hemos hecho parecer estas frases indiscutibles, porque la gestión no admite la diversidad. La gestión es sectaria y excluyente: “todo lo que no es como yo, es malo”. Cuando hay estabilidad, el modelo es válido, pero…¿alguien recuerda cómo era la estabilidad?

La gestión retroalimenta la gestión

Cuando la gestión se convierte en lo único que tienes en mente, te dedicas a generar más trabajo de gestión y solo de gestión. La necesidad de control genera más procesos y los procesos requieren supervisión y la supervisión implica análisis. Lo que vine siendo un círculo vicioso.

La dieta de gestión

La gestión es fundamental, como lo son los hidratos de carbono, pero hay que combinarlas con proteinas y otros nutrientes. Lo importante es tener una dieta equilibrada, rica en gestión, pero también en exploración, con cantidad de contacto con la realidad y mucha empatía que es como el aceite de oliva, le da sabor a todo. Necesitamos un modelo de gestión donde la gestión nos ayude a conseguir los objetivos pero también se convierta en un incentivador del desarrollo de otras habilidades

.

.

.

Post navigation