Es muy habitual escuchar a políticos o medios hablar de lo importante que es el deporte para mejorar la sociedad. Y también a muchas marcas.
Ya está.
Se da por verdad y ahí queda.
Y sí, es cierto, pero si no somos capaces de definir cómo lo hace, no podremos estructurar nuestra acción ni seremos capaces de hacerlo mejor.
Ocurre lo mismo con el arte y la cultura, en lo que ya he entrado muchas veces.
Lo importante es el cómo
Cuando preguntas a estos políticos o responsables de marcas, no saben qué decir: “por los valores”, suelen comentar de forma inconcreta.
Y sí, seguro que sí. Pero repito que es imposible mejorar un sistema sin comprender cómo funciona. Entre otras cosas, porque nos impide comprender cómo la misma mecánica puede llegar a empeorar la sociedad.
Aquí va mi propuesta
El deporte mejora la sociedad mediante la siguiente fórmula:
(Valores + Imitación + Pertenencia) Práctica
Vamos a explicarlo
Valores
Efectivamente, los valores son importantes para mejorar la sociedad. En mi opinión, la música es un termostato emocional: te recoge en un estado emocional y te devuelve en otro. Pues el deporte es un termostato de valores: te recoge en un estado de épica y te devuelve en otro, te recoge en un estado de capacidad de sufrimiento y te devuelve en otro.
El deporte es una expresión de valores como el trabajo en equipo, la disciplina, la resistencia física y mental, la apuesta por el esfuerzo en la sombra, el respeto por el rival, etc. El deporte nos ayuda a comprenderlos y matizarlos de tal manera que los incorporemos a nuestra ética personal. De esta forma, daremos por normales y apreciables valores que igual no habíamos contemplado más que de refilón.
Por supuesto, cada deporte pone en jurgo un set distinto de valores, por eso hay deportes que gustan a unos y otros que gustan a otros. Lo que no podemos es pretender que ‘valores’ sea un término universal que valga para todos. Un día escuché al portavoz de un patrocinador de un prestigioso torneo de tenis decir que compartían con el tenis valores como la superación, el trabajo en equipo… ¡el trabajo en equipo!
«Compartimos los valores del xxxxx C.F.» Esto figura en la página web de una marca patrocinadora de un equipo de fútbol. ¡Coño!, si los compartes tanto, dime cuales son. La superficialidad, provoca beneficios superficiales.
Pero ojo, si no somos conscientes de cómo el deporte hace mejor la sociedad, tampoco seremos conscientes de cómo la empeora. Antivalores como el egoísmo, el egocentrismo, la búsqueda del atajo ilegal, la falta de respeto por el que consideras inferior y otros muchos, también serán expresados, matizados e incorporados al set de antivalores de la gente.
Imitación
Pero los valores -o antivalores- pueden quedar latentes. El impacto real en la sociedad de da cuando esos valores se traducen en comportamientos y, en sentido inverso, el deporte genera unos comportamientos que nos acaban llevando a incorporar ciertos valores -o antivalores-.
De esta forma, levantar la mano cuando haces una falta personal, es un comportamiento que implica valores como la aceptación de la responsabilidad, el respeto al reglamento y al deporte y la disciplina para con el árbitro. Al principio lo haces porque es algo cultural pero con el tiempo puede empezar a extenderse a otro tipo de situaciones en la vida. Saludar al rival en la red o quedarse en el campo mientras el rival recibe el trofeo así como compartir la victoria con los mecánicos, son comportamientos que implican respeto por el rival o por el equipo que trabaja en la sombra. Imitando estos comportamientos, asentamos los valores que representan y que los originan.
Aquí ocurre lo mismo. Cristiano se queja de que no le pasan el balón o no celebra un gol porque no lo ha metido él y encontramos ese comportamiento en todos los partidos de niños del fin de semana. Si se entendiese cómo la imitación mejora o empeora la sociedad, se sería más estrictos con la imitación de determinados comportamientos.
Pertenencia
Si hablamos de la sociedad hablamos de un conjunto de personas que interaccionan y una de los instintos básicos del ser humano es la necesidad de sentimiento de pertenencia a una comunidad.
El deporte permite sentirte parte de una comunidad, unido por una serie de valores. Ojo, no son solo manifiestamente geográficos como puede parecer cuando piensas en la alegría que transmiten Betis o Cádiz o el compromiso con las raíces del Athletic Club o de la Real. Hay valores compartidos deslocalizados como pueden ser el espíritu de luchar hasta el final del Real Madrid o el You’ll Never Walk Alone del Liverpool, que comparten esa esencia con individuos disgregados por todo el mundo.
Del rugby no hablo porque daría para un libro. Un jugador de rugby lo es dentro y fuera del campo y expresa esos valores en sus comportamientos profesionales y personales todos los minutos de todas las horas de su vida. El rugby en sí es un sentimiento de pertenencia.
Ojo, también puedes sentirte parte de un equipo que hace lo que sea para ganar y justificarlo por fanatismo, normalizando ese antivalor en tu marco ético.
Práctica
Cualquier espectador de cualquiera de estos deportes mejorará -o empeorará- como individuo mediante la adquisición de valores, la imitación y el sentimiento de pertenencia contribuyendo así a una sociedad mejor -o peor-. Pero si lo llega a practicar, la cosa se potenciará de forma increíble. No hablo solo de la salud física y mental que genera el deporte sino que, además, en situación de tensión, esfuerzo y competición, estos valores, comportamientos y pertenencia arraigan mucho más en nuestra personalidad.
Mis respetos a Iberdrola por el impulso al deporte femenino, porque el abandono de la práctica en adolescentes, les privaba de potenciar todos estos valores.
La superficialidad acaba matando las cosas importantes
Vivimos en un mundo en el que no se reflexiona suficiente y esto nos lleva a un pensamiento superficial que mata la esencia de las cosas.
Creer en el deporte como catalizador de una sociedad mejor no significa promoverlo y punto. Significa alimentar la mecánica en la que se construye ese marco de valores y comportamientos de una sociedad…
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