¿LOS HEAD HUNTERS TIENEN LA POLVORA MOJADA?

¿LOS HEAD HUNTERS TIENEN LA POLVORA MOJADA?
Mi amigo Enrique tuvo el otro día una entrevista con un reputado
head hunter para un proceso en el que una compañía quería seleccionar a un
profesional que ayudase a desarrollar una actitud digital en la comunicación de
sus marcas.
Enrique ha participado en uno de los proyectos digitales más
importante de los últimos años, que ha ganado todos los premios posibles,
trascendiendo de lo puramente digital y acaparando más galardones en otras
disciplinas e incluso más allá de lo publicitario. En el libro que narra cómo
se desarrolló el proyecto, se le dedica a Enrique un capitulo ya que su
colaboración se considera muy relevante.
Ahí llega Enrique, se sienta ante el cazatalentos y, tras la
breve conversación de tanteo, contesta a la pregunta sobre qué proyecto
resaltaría en su trayectoria en el marketing digital. Para no parecer
arrogante, Enrique envuelve de prudencia su contestación: “Bueno, no se si has oído
hablar del Proyecto X…
” –llamémoslo así-.
“…”
El head hunter se reclina en su silla, se ajusta los
gemelos, cruza los dedos sobre su barriga y encoge los hombres haciendo una
mueca de desinterés: “Ni idea”, espeta.
No es relevante que un proyecto con un 52% de conocimiento y
80% de atribución de marca no sea conocido nuestro engominado amigo, porque el
estudio se hizo entre el target de la marca, un target digital, un target que
no frecuenta los lujosos despachos del centro. Tampoco tiene la obligación de
saber que el Proyecto X ha sido estructural en el desarrollo de la Marca en los
últimos años. Lo que empieza a ser curioso es el desprecio con el que empuja el
dossier con toda la información, incluido el capitulo del libro, haciendo
ademán de “ni lo conozco, ni me interesa”.
Pero lo que realmente es relevante es cómo comienza una
disertación sobre Fundamentos Básicos del Marketing Digital basado en –y esto
es textual, según Enrique- “Mira, yo observo mucho a mi hijo y he visto que el
tío ve la tele enchufado al tuiter ese…
”. ¡Acabáramos! Ahora se entiende todo
mucho mejor. Sin duda, Enrique ha estado perdiendo el tiempo los últimos cinco
años porque podría haber observado al hijo del cazatalentos y se hubiese
convertido en un profesional de verdad, de los que están buscando en ese
proceso de selección.
Lo triste es que Enrique salió jodido porque ha llegado a la
conclusión de que hay un filtro que tiene que gestionar, aunque sea recurriendo
a topicazos inútiles y argumentaciones estériles y, para alguien que considera
que digital es algo vivo y líquido, representa una perdida de tiempo primero y
una traición a las convicciones después.
Mis conclusiones son:
1. Que más le vale a Enrique acostumbrarse a que el mundo
funciona así
.
2. Que los head hunters –al menos este- tienen la pólvora
mojada en esto del marketing digital. Pero eso no es un problema, realmente da
igual que la pólvora esté seca o mojada, porque los hunters en digital disparan
con rayos láser
.
.
.

Post navigation