Ahora que comienza el año, retomo una antigua reflexión que me lleva acompañando desde años.
Propósito:
(del latín propositum) m. Objeto, mira, cosa que se pretende conseguir
Sin duda, en la vida hay que tener propósitos, “cosas que pretendamos conseguir”.
Pero eso no es suficiente, también es importante que las “podamos conseguir”, o por lo menos una parte de ellas. En caso contrario caeríamos en la frustración o, peor aún, nos acostumbraríamos a no conseguir los propósitos, que es lo que suele suceder cada principio de año.
Es interesante la entrevista de Elsa Punset a John Whitmore sobre la identidad de las personas y sobre los propósitos. Proponen un esquema en el que nuestros propósitos son una mezcla de nuestros valores, nuestras pasiones, nuestras habilidades y nuestros modelos. Todos ellos dan lugar a nuestras aspiraciones en la vida.
Me gusta mucho, pero me planteo qué es lo que sucede cuando una de esas áreas está más floja, qué sucede según cuál de ellas es la más incompleta.
Veamos:
Cuando hay pocos valores
Creo que los valores son la base de la identidad. No digo que no puedan evolucionar o cambiar, digo que o tienes unos valores firmes o careces de criterio, de coherencia y de moral. Es como si no tuvieses una estrategia a largo plazo en la vida.
Cuando hay pocas pasiones
Suele ser gente “sin sangre”, sin impulso, sin energía, sin ganas. Pueden engañar con la apariencia porque el entusiasmo puede fingirse en público, pero la verdadera pasión es cuando ese entusiasmo permanece cuando estás haciendo algo solo. El problema es que esta gente aparenta una gran incoherencia entre sus valores y sus acciones o su carencia de acción cuando, en realidad, es que no pueden. No tienen motor.
Cuando hay pocas habilidades
Significa no tener recursos. Te aboca a la mediocridad o, por ser más condescendiente, a ser menos relevante. Creo honestamente que esta puede ser mi área más coja.
Cuando hay pocos modelos
Si no tienes referentes en la vida, es difícil saber cuál es la ruta a seguir. Aunque hagamos nuestro propio camino, es necesario ir apoyándonos en el ejemplo de otros. Si no admiras a nadie es que o eres muy soberbio o no tienes capacidad de aprender y en los dos casos es muy complicado cumplir con los propósitos.
No hay referencias
No existe una muestra mundial para estos aspectos por lo que no sabemos cómo de fuertes son nuestros valores, pasiones, habilidades o modelos en relación con los que nos rodean. Podría, por tanto, suceder que haya alguien que se vea muy equilibrado en todos los aspectos, en ese caso lo más probable es ¡que ande cojo en todos ellos! Por eso es tan importante tener modelos, admirar a gente que tiene más pasión que tú, valores más firmes o habilidades más destacadas.
Lo más importante en la vida es tener propósitos y que estos estén alineados con nuestra capacidad de cumplir con ellos por compromiso, esfuerzo, cualidades y referencias. En caso contrario, podría suceder lo peor, lo que mencionaba al principio, que nos acostumbremos a no cumplir con ellos
…como sucede en cada año nuevo
.
.
.