MESSY

MESSY

Messy es “desordenado” en inglés.

Eso es lo que representa el jugador del Barça dentro de un esquema basado en la protección de la posesión del balón, minimizando riesgos bajo un esquema de total control y predecibilidad. Representa lo disruptivo.

La incertidumbre genera desorden

El problema es que hoy en día vivimos en un entorno de total impredecibilidad. Como contaba D.J. Patil en Generation Flux, en meteorología se puede predecir con exactitud qué tiempo va a hacer dentro de 15 días o puedes no saber qué va a ocurrir dentro de dos horas y, actualmente, el mundo está en una fase de “no-se-lo-que-va-a-pasar-dentro-de-dos-horas”.
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No hay un Messi para cada equipo

Hoy en día, es imposible crear un entorno en el que tengamos la posesión del balón, en el que podamos predecir qué es lo que va a pasar tras cada movimiento. Mientras le damos vueltas y vueltas al proyecto para controlarlo todo, el entorno cambia a toda velocidad invalidando las premisas iniciales.
Y, aunque fuésemos capaces, no puede haber un Messi  -Messy para mí- en cada empresa. No existen tipos que siempre tienen siempre la solución perfecta en el momento adecuado.
La solución pasa por tener equipos creativos, no individualidades creativas, y para lograrlo es necesario trabajar la actitud del grupo.
La flexibilidad, la adaptabilidad, la creatividad o la empatía deben de ser un reflejo. No pueden ser respuestas conscientes a un protocolo dado, tienen que surgir espontáneamente, ser parte de nuestra actitud y para convertirse en actitud, deben de entrenarse.
¿cómo?

Objetivos claros, libertad de ejecución

La base para ello es perder el control. Si hoy en día, en una estructura más o menos compleja, pretendes que todo se haga exactamente como tú quieres, estás abocado a la parálisis. Para trabajar en un entorno de co-creación, de creatividad y de innovación, hay que estar dispuestos a confiar en que la gente, cada uno en su registro, lo va a hacer lo mejor posible.
De lo que hay que estar seguros, es de que estén alineados con los objetivos primarios, de que todos trabajan para el mismo fin, y después confiar en que no tenemos que comprender ni controlar cómo hace las cosas cada uno. Al final, la suma de los esfuerzos honestos y espontáneos del grupo, dará mejor resultado que un solo tipo con mucha gente ejecutando su voluntad.
El talento es excepcional y su gestión debe de ser individualizada.
Lo siento mucho pero, como pinta el mundo, más nos vale a los que trabajamos en marketing que nos acostumbremos  a que ese esquema de trabajo donde todo estaba controlado se va a volver un poco más….messy
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