Le secuestro el claim a mi amigo Fernando Godoy de Sr Goldwind. Y es que Godoy tiene una forma de vivir el marketing valiente y pasional.
Con motivo del día de la mujer, JohnnieWalker ha sacado una edición limitada donde el ‘caminante’ se convierte en Jane Walker. Esta serie feminizada es una gran acción de marketing que demuestra la conexión de la marca con la realidad de la calle.
No sé cuánto les ha costado en términos económicos, pero especialmente me intriga el coste en términos políticos. Me refiero a cuánto les costó convencer a todos los marketinianos de tocar el símbolo imperturbable de la marca para hacer, simplemente, marketing empático.
No sé cuánto les costó a ellos, pero sí que se lo que nos costó a nosotros.
Hace 10 años, Beefeater lanzó una edición limitada convirtiendo su icono, el yeoman, en una yeowoman. También lo hicimos para celebrar el día de la mujer, en aquella ocasión inspirados por el hecho de la primera mujer aceptada en el cuerpo de los beefeaters.
El marketing no es tan difícil, ni hace 10 años ni ahora. Los que somos difíciles somos los marketinianos.
En aquella época, coincidimos Paco Recuero, Ricardo Sánchez Butragueño y yo ante la oportunidad de hacer este tipo de marketing. Pero el problema era importante. En Londres jamás nos iban a dejar tocar el icono del yeoman.
Lo hicimos de todas formas.
En Butragueño & Bottlander hicieron el diseño y produjeron las etiquetas, que manualmente se pegaron en 10 botellas que se pusieron a la venta en el bar del Mercado de San Miguel. Creo recordar que se vendió una, pero el impacto en PR fue enorme. Fueron como 400€ de coste para un ROI de cientos de miles.
Arriesgamos mucho, porque la responsabilidad sobre la aplicación de la marca residía en el Brand Owner, pero había que hacerlo. El marketing no espera. La gente no nos espera.
Hoy en día, la botella se expone en el museo que hay en la destilería en Londres.
Por aquella época, también comenzamos a personalizar las etiquetas de Jameson con los nombres de los directores del jurado de notodofilmfest.com: Fesserson, Balaguerson, Vigalondson, etc.
El brand owner irlandés también lo vio a toro pasado y les encantó, más aún con el impacto que tuvo incluso en televisión.
Este momento se produjo porque en ningún momento fue nuestra intención que sucediese. Le enviamos botellas a todos los miembros del equipo de los que obtuvimos el nombre, saliesen en pantalla o no. Muchas veces es la generosidad la que llama a la generosidad.
Años después, Coca Cola personalizó las latas y botellas con nombres comunes priorizando el engagement sobre el academicismo del branding.
Dejemos de pensar como marketinianos
Lo que quiero decir es que hay momentos en que hay que arriesgar. Hay momentos en que hay que dejar de pensar como un marketiniano para hacerlo como un ciudadano, como un consumidor. Entonces, la percepción de riesgo desaparece, porque sabes que la acción tiene alma, tiene conexión.
Por supuesto que hay que estar preparado para asumir las consecuencias, pero si no hubiese habido ‘guts’ no hubiese habido una ‘story’ que siguiese vigente 10 años después
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