¿Por qué la alta autoestima tiene que ser buena?

¿Por qué la alta autoestima tiene que ser buena?

Es una lógica que no termino de aceptar. Obviamente, este comentario tiene un sesgo personal importante y, como es habitual, no pretendo tener la razón ni convencer a nadie. 

Más que nunca, este es un mensaje para mi.

Entendamos la ‘autoestima’ como el aprecio que nos tenemos a nosotros mismos y la ‘estima’, como el que nos tienen otros.

No diferenciamos entre autoestima personal, profesional, intelectual, emocional, social, etc, para no liar. Pero tenemos claro que se suelen tener diferentes niveles de autoestima y de estima para cada uno de estos aspectos.

Me planteo cómo construimos la estima propia

A veces referenciamos la autoestima alta o baja a la estima de los demás 

En este modelo, tenemos alta autoestima si esta es pareja a la estima que nos tienen otros y es baja cuando está por debajo de la estima ajena.

Aquí, corremos el riesgo de estar condicionados por la opinión de los demás

A veces nuesta autoestima es autosuficiente

Es decir, sencillamente tienes autoestima alta cuando te consideras válido y baja cuando no. 

En este caso, corremos el riesgo de alejarnos de la realidad. Al menos, de la realidad percibida por los que nos rodean

A veces, la autoestima está referenciada a un valor absoluto

Es decir, que puedes considerarte un mierda profesionalmente y realmente serlo, con lo que tu autoestima es la adecuada.

En este caso, la elaboración de ese valor absoluto es complejo porque puede depender de los dos condicionantes anteriores o de la interpretación equívoca de indicadores -la evaluación del desempeño de mi jefe tiene un alto criterio personal en cómo entiende el puesto, por lo que estaría cayendo en el riesgo de depender de los demás-.

Luego está si lo sufres o no. 

Dependiendo de ello, puedes relacionarte de una u otra forma según como hayas construido tu autoestima 

Me inquietan los discursos buenistas y los exhibicionistas

El caso es que me inquietan los discursos buenistas alrededor de la autoestima.

En primer lugar, ese discurso de tener que subir la autoestima como sea, hormonándola a base de distorsionar la realidad o aislarse de lo que proyectamos en los demás.

La autoestima baja es buena si nos advierte de nuestras carencias y, siempre y cuando, no cape nuestra voluntad de mejora.

Lo mismo ocurre con la alta autoestima. 

Decía John Wooden, el mejor entrenador de la historia del baloncesto universitario norteamericano, que “Los chicos me llegan siendo tarros de nata o tarros de mierda. Y mi trabajo es quitar mierda y poner nata o quitar nata y poner mierda”.

Muchas veces, los de la alta autoestima requieren la segunda parte de la receta. 

La alta autoestima no es buena per se.

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Y, por otro lado, están los discursos exhibicionistas. Esa aparente obligación de exhibir la alta autoestima.

En mi caso, siempre he escuchado que tenía que valorarme más cuando, en realidad, creo que voy sobrado de autoestima -igual demasiado-. Que no vaya presumiendo de ciertas capacidades, no quiere decir que no considere que las tengo.

De hecho, una de las cosas que me inhibe de presumir de lo que creo que hago bien, es ese efecto halo por el que te atribuyen cualidades que no tienes en base a las que sí“Que tío, que bien ordena las cosas, es un gestor magnífico”.

Esa mierda acaba llevando a la decepción porque no se te dan bien cosas que nunca nadie dijo que se te diesen bien.

Pues no, señora. Que ordene las cosas bien, no implica que tenga la paciencia de hacer el seguimiento.

Esta gente, cuando dices que no eres bueno en algo, te miran con compasión como pensando que lo estás sufriendo y que tienes complejo o algo

Pues no, señora, no. 

En ‘El intérprete griego’, Sherlock Holmes se refiere a su hermano Mycroft, como alguien mucho más analítico y brillante que él.

Watson le acusa de modestia y Holmes replica:

“Para el hombre que discurre con lógica, las cosas deben ser tal y como son. La exageración o la minusvaloración de las cualidades de uno, supone un alejamiento de la realidad y, por tanto, es ilógico. Si le digo que mi hermano Mycroft es mejor que yo, es sencillamente porque lo es.”

En el relato, Mycroft se demuestra más brillante que Sherlock…

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