¿POR QUÉ ME IMPONEN EL AMOR? ¿SE PUEDE QUERER DE DIFERENTES FORMAS Y EN DIFERENTES GRADOS?

¿POR QUÉ ME IMPONEN EL AMOR? ¿SE PUEDE QUERER DE DIFERENTES FORMAS Y EN DIFERENTES GRADOS?

Escucho de refilón una charla de Paz Padilla, una humorista que ha perdido a su pareja y ha dado un ejemplo de actitud y positivismo a la hora de enfrentarse a la larga enfermedad, reclamando vehementemente que: “Hay que dar amor, estamos en el mundo para dar amor y recibirlo. Dar y recibir MUCHO amor

Por algún motivo, me crea cortocircuito.

En primer lugar, puede ser por considerar el amor como un fin, cuando yo lo considero una consecuencia. La complicidad, la atracción, la responsabilidad o un proyecto en común acaban sindicándonos con otras personas en el amor.

En segundo lugar, conozco a personas que se hartan a hacer el símbolo del corazoncito con los dedos, y reclamar la paz en el mundo, que se comportan de forma despiadada y sin escrúpulos con los que tienen al lado. Es decir, la aspiracionalidad conduce al postureo.

El amor es una necesidad, pero no una obligación

Me posiciono, por tanto, en que el amor es una necesidad que se puede tener en mayor o menor grado, pero desde luego, no es una obligación.

Además, dar o recibir amor es algo voluntario y que debes hacer hasta donde necesites. Dar menos de lo que deseas, te genera frustración, pero dar más del que te pide el cuerpo, lleva a la falsedad.

Hay diferentes formas de vivirlo

Y es que hay muchas formas de vivir el amor y no todas son hiperexpresivas, pasionales y grandilicuentes. Los vascos se quieren, aunque se abracen de medio lado

Puedes querer de forma íntima, como cuando no necesitas manifestarlo a cada minuto, sino que lo sientes tan profundo y para siempre que es obvio que está.

Puedes querer de forma cálida y sencilla, reflejada en pequeños gestos que solo notáis vosotros.

Incluso se puede querer de forma superficial, sin ganas de más, siendo suficiente.

También puedes querer de manera cognitiva cuando sientes admiración por alguien.

Hasta se puede no querer, y darse unas vacaciones emocionales. ¿no?

Y no hablemos del quererse a uno mismo, que parece que se saca de esta ecuación como si vaciarse de amor fuese algo bueno. El egoísmo a veces es tan necesario como el amor.

Muchas formas de querer, mucha gente diversa a la que querer.

En definitiva, no considero el amor un fin, ni una obligación, ni un pozo sin fondo. La socialización es una necesidad del ser humano, pero para cada uno en un grado diferente. La oxitocina y la serotonina son beneficiosas para nuestro organismo, pero para cada cual en una medida diferente.

Por esto, declaro que me siento presionado cuando me obligan a repartir y a recibir amor de forma ilimitada, porque yo siempre he sido de poco comer…

Professional bonus track: queriendo a las marcas

Lo mismo ocurre con las marcas. El objetivo de una marca no tiene porqué ser el ser querido de forma ilimitada. Hay sectores en los que es suficiente un querer determinado y en los que un amor exagerado puede considerarse raro, dar repelús. Seamos claros, no confiaría mucho de la salud mental de un brand lover de determinadas corporaciones.

Por otro lado, el amor no solo es pasional y a las marcas se las puede querer de muchas formas.

Aquí dejo una visualización no científica de las diferentes formas de querer a las marcas.

.

.

.

Post navigation