Preferimos una predicción con un +/- 100% de margen de error a trabajar contraintuitivamente

Preferimos una predicción con un +/- 100% de margen de error a trabajar contraintuitivamente

Uno de los comentarios de la pandemia es la respuesta que me dio Fernando Polo a Una reflexión que hice sobre lo estéril que es hacer predicciones hoy en día y cómo lo que pretendemos es parecer muy listos si acertamos.

Me contestaba Fernando que él hace predicciones para parecer muy listo cuando las hace.

Brillante

Y es que estamos como locos lanzando pronósticos sobre lo que va a pasar y los vendemos como si fuesen verdades absolutas evidentes. Lo que ocurre es que el cerebro tiene la necesidad de hacer predicciones con el fin de ser más eficiente y ahorrar energía. Se trata de algo antropológico, un instinto que nos condiciona desde hace milenios. Establecer predicciones pertenece a la familia de las ideas preconcebidas, los prejuicios, el horóscopo y cualquier otro mecanismo que busque anticiparse a lo que viene.

Pero claro, estamos jodidos.

En el contexto en que vivimos, a ver quién es el listo que hace una predicción fiable.

Me contaba el otro día un amigo de una empresa de gran consumo relacionada con la hostelería que su director comercial estaba agobiado porque le estaban presionando para que presentase el budget del Q4.

¿En serio?

En un negocio de hostelería le estás pidiendo a un tipo que te diga cuanto va a vender el mes que viene cuando no sabe si mañana van a cerrar su principal canal de distribución.

Lo que me lleva es a imaginar a su director general exigiéndole como director comercial que haga el budget para que el director financiero pueda planificar. ¿Planificar? ¿En serio?

Y me lleva a pensar que todos ellos saben que el budget será como tirar unos dados y poner lo que salga, pero nadie quiere reconocerlo por lo que actúan como si sirviese para algo.

Porque la alternativa ¿cuál es?

¿Suspender los presupuestos y establecer una gestión basada en unos escenarios mucho más amplios y en el seguimiento del día a día y la responsabilidad individual y compromiso de los comerciales?

Habría que cambiar demasiado el esquema mental.

La cuestión es que preferimos una predicción con un +/- 100% de margen de error a trabajar contraintuitivamente, como correspondería en un contexto contraintuitivo.

La predicción es el mayor enemigo de la imaginación

Alex Pallete me contaba que a un amigo suyo publicitario, sus clientes le encargaban hacer algo que nadie hubiese hecho antes y, a continuación, le pedían referencias. Él, en lugar de hacer lo que se suponía, les daba metodologías porque comprendiendo el proceso, acababan confiando en que el impredecible resultado encajaría en lo que se esperaba. Lo que hacía este tipo era cambiar el marco de trabajo en lugar de salvar el encargo ofreciendo referencias que todos sabían que no servirían para nada.

Se nos llena la boca hablando de innovación, disrupción y creatividad, pero se nos olvida que la tendencia natural a predecir es un proceso de proyección de lo que ya conocemos y, por tanto, es el peor enemigo de la imaginación

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