Del autor de ¿POR QUÉ NO PASAN LAS COSAS?, llega… ¿QUÉ PARA LAS COSAS?
Algo sucede que hace que no pasen las cosas, ya quedó claro en el ultimo best seller; ¿Por qué no pasan las cosas?.
Entre otras cosas, las cosas no pasan porque hay que ir rompiendo retenes. El problema no son esas dificultades que, grandes o pequeñas, cuestionan la viabilidad del proyecto. El problema es la pereza a la hora de afrontar esas dificultades.
Ahí es donde mueren los proyectos.
Si no se puede no se puede y además es imposible, pero la mayoría de las veces anticipamos el “no se puede” privándonos de la posibilidad de que, en realidad, si que se pueda.
En un país en el que te dice la señora que el cajero esta roto y, aun así, lo intentas o tratas de abrir la puerta del baño que te han dicho que esta ocupado o probamos la sopa aunque nos avisen de que esta hirviendo, tiene cojones que nos demos por vencidos tan rápido cuando se trata de aspectos profesionales.
Vamos a clasificar esos momentos de abandono:
1. La idea
Típico: «Yo tengo una idea que solucionaría no se qué cosa. No entiendo por que no la hace alguien».
Pues hazla tú. Y si es otro el que tiene que hacerla, entonces deja de perder el tiempo y focaliza en tener ideas que te pillen mas cerca, que puedas accionar. Se que es un coñazo porque implica darte cuenta de que, cuando sabes de qué hablas, muchas de tus ideas no son tan brillantes. Pero créeme, te limpiará espacio para que puedan aparecer las que se pueden llevar a cabo.
2. La venta
Claro, hay que armar la idea, darle sustancialidad y modelo de sostenibilidad y eso es una pereza porque hay que pensar en profundidad. Y es que somos una sociedad que vive de slogans. De slogans vacíos.
Aquí mueren todas aquellas ideas que se quedaron solo en titulares o frases hechas como la de salir de la zona de confort.
3. La compra
Cuidado; esto no va de comprar cualquier cosa que nos pongan delante. Va de por qué no las compramos. Si es por falta de viabilidad, rentabilidad o coherencia, no hay reproche.
Ahora, todos sabemos que hay muchas cosas que no compramos porque “es un buen proyecto, pero hacerlo va a ser un lío”.
Hay algo que no tiene indulto y es la falta de ambición. Un profesional que no tenga ambición por mejorar, por hacer las cosas con excelencia, por hacer las cosas en grande, no tiene perdón.
La pereza es el cáncer del emprendimiento, créanme.
4. La aprobación
Solo el 10% de los proyectos se caen porque el jefe dice que no se haga.
El otro 90% se cae por una mala mirada. Una mirada de escepticismo por parte de nuestro colega de comercial es lo que hace que se caigan los proyectos. El argumento es: “¡Buf! Este va a estar a la mínima para criticar el proyecto. Paso de presentarlo en el Comité. Voy a proponer lo mismo que hice ayer que todos sabemos qué resultados va a producir”.
Esa muerte silenciosa se lleva casi todos los proyectos innovadores y disrruptores, pero también se lleva aquellos que, para pasar de buenos a excelentes, requieren un punto más de implicación.
El éxito ya no está en que pasen las cosas, sino en intentarlo
En definitiva, cuando nos enfrentemos a la posibilidad de intentar hacer algo o no intentarlo, pensemos que en un mundo tan complejo y con tantos factores que no controlamos, el éxito ya no es que pasen las cosas, es que pasen hasta el punto en el que tú no puedes hacer más.
De este modo, adquiriremos un entrenamiento. No para que pasen cosas, sino para que no seamos nosotros quién las para
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