SOLO TÚ PUEDES ENCONTRAR EL TRABAJO IDEAL

SOLO TÚ PUEDES ENCONTRAR EL TRABAJO IDEAL

Ahora que comienza el curso y todos nos planteamos nuevos propósitos, propongo hacer una reflexión que todo profesional debe de hacer entre los 35 y los 45. No es necesario tener en mente el hacer cambios, simplemente se trata de pensar en lo que vas a hacer en la siguiente mitad de tu carrera. Si. Llevarás entre 15 y 25 años de carrera y te queda, como mínimo, otro tanto.

Una p***da ¿no?, haberte dado cuenta antes…

Como digo, no se trata necesariamente de cambiar de empresa. Puede tratarse de redefinir el puesto en el que estamos o de aportar de otra forma a la estructura o de marcarnos un propósito que nos motive a continuar haciendo lo mismo. También podemos irnos al otro extremo y plantearnos incluso si queremos seguir siendo asalariados o aprovechar nuestra experiencia para montárnoslo por nuestra cuenta o incluso, cambiar diametralmente de actividad profesional.

La búsqueda del trébol de cuatro hojas… profesional

Conozco a mucha gente que ha hecho el siguiente ejercicio, en cualquiera de sus múltiples versiones, cuando se ha producido un cambio importante en su vida profesional. Lo que propongo es que lo hagamos igual aunque no haya cambios.

Hay veces que cambiar de trabajo significa deshojar los pros y los contras de una margarita decisional. En realidad, más que de una decisión, se trata de una elección porque no hemos buscado el trabajo, nos lo han propuesto y elegimos si lo aceptamos o no.

Pero sucede en otras ocasiones, cuando realmente tomamos las riendas de nuestra carrera, que no esperamos a que nos pasen las cosas, vamos a por ellas. Se parece más a buscar entre la hierba del mercado laboral un trébol de cuatro hojas: el del trabajo ideal.

En este caso, es muy típico hacer la siguiente reflexión que representaré como un trébol, aún de tres hojas:

trebol apaisado

Parece simple, pero los conceptos son tremendamente tramposos:

1. Lo que hago bien.

No se trata de lo que creo que hago bien, se trata de aquello en lo que tengo referencias objetivas de que lo hago bien. Y el comentario del proveedor pelota no cuenta: «Manolo, tu eres un crack, un fuera de serie, ¡ojalá hubiese más clientes como tu!»

2. Lo que me apasiona.

No es lo que te divierte. Es aquello que te apetece hacer aunque ya no te esté divirtiendo, aquello en lo que se te van las horas sin darte cuenta. Es aquello en lo que te compensa el sufrimiento. Pregúntale a un runner…

3. Lo que tiene mercado.

Mercado real, no potencial. No vale ese hueco que nadie ha visto pero que tú vas a aprovechar con tu inmenso talento. Hablamos de euros contantes y sonantes y además, en circulación.

Interpretando las intersecciones

En el esquema situaremos nuestro trabajo actual, las opciones que nos planteamos para el siguiente paso profesional y también nuestros talentos y habilidades demostrados, porque esto va de cuadrar lo que nos pone hacer y lo que genera valor añadido.

En definitiva, se trata de intentar vivir de lo que mejor hacemos y aún nos apasiona.

Una vez rellenado el esquema, vamos con la lectura e interpretación. En este caso, lo importante son las intersecciones:

intersecciones

1. Lo que te apasiona, haces bien y tiene mercado.

Si tu trabajo actual se encuentra en esta intersección, puedes dejar de leer. Disfruta de la vida y ya hablamos en otro momento. La llamaremos la zona óptima. Por cierto, no me caes bien…

2. Lo que haces bien y tiene mercado pero no te apasiona.

Probablemente sea lo que ya estás haciendo. Lo que ocurre es que has perdido pasión y te estas planteando dejarlo. Está bien, busca nuevas pasiones, pero recuerda que si te ves en problemas, esta siempre será tu zona refugio.refugio

Sin embargo, para el que le asuste demasiado abandonar la zona refugio, existe una opción. Se trata de buscar un propósito que nos devuelva la pasión haciendo lo mismo que hacíamos antes. Por ejemplo, si hacer nuestro trabajo con excelencia ha perdido la gracia, podemos encontrarla en lo gratificante que resulta formar a otros y ver cómo se desarrollan. Se trata de buscar retos más allá de los objetivos habituales.

3. Lo que te apasiona y tiene mercado pero no haces bien.

Si pretendes que tu trabajo se sitúe en el área 1, está muy claro: tienes que mejorar. Fórmate, haz acopio de experiencia y busca referencias para asegurarte de que lo haces cada vez mejor. No es una mala situación, salvo que se trate de una actividad superintuitiva o creativa. En ese caso, es más difícil mejorar porque depende de talentos e instintos que se desarrollan durante una vida.

La llamaremos zona de mejora.

mejora

4. Lo que te apasiona y haces bien pero no tiene mercado.

Tienes que generar mercado. Puedes tratar de crearlo por ti mismo, pero no tienes garantías de que lo haya. También hay opciones como buscar sinergias con agentes comerciales o con servicios o productos similares. Si es una “oportunidad que nadie ha visto”, desconfía. Es un consejo.

A esta la llamaremos la zona artesana, porque para las cosas bien hechas y hechas con pasión hay que buscar compradores que sepan apreciarlo…

artesana

Reglas para moverse en el tablero de juego

Las reglas para desplazarse en el esquema son sencillas:

1. Esta es una reflexión profesional. No haga movimientos impulsivos arriesgando aspectos personales. Tenga en cuenta que el salario es algo muy personal.

2. Referenciese, referenciese y luego vuelva a referenciarse. Averigüe en qué liga juega; ¿es el bueno del barrio o juega usted la Champions?. Además dimensione; que alguien gane dinero con ello, no quiere decir que en el mercado quepan más players.

3. No crea en ideales. Que le guste el fútbol en la tele no quiere decir que esté preparado para entrenar bajo el frío y la lluvia.

4. Sea ambicioso. Si hablamos de ganarnos la vida con ello, que sea a lo grande. Si lo vamos a hacer bien, intentemos ser los mejores. Si nos tiene que apasionar, que nos vuelva locos.

La cuarta hoja te lleva al éxito

Este trébol tiene una cuarta hoja y se trata de aquella que te lleva al éxito. La llaman la hoja de la suerte y vale para los que creen en ella.

Yo prefiero pensar que la cuarta hoja está hecha de perseverancia y de aprovechar las oportunidades y que todo lo que sucede es fruto de una causalidad, no de la casualidad. Prefiero pensar que en realidad no hay tréboles de cuatro hojas, sino que cualquier trébol de tres hojas puede ser exitoso si sabemos sacarle partido.

Por supuesto que hay algunas contingencias que no alcanzamos a controlar, pero como no podemos, dejemos de pensar en ellas y centrémonos en las que si que podemos incidir.

La llamaremos zona de inversión, que es mi preferida y afecta a todo el conjunto. ¿quién sabe si buscando entre lo que demanda la gente -lo que tiene mercado- podemos encontrar algo que se nos da bien y además nos apasiona?

inversion

El final de la partida

¿cuándo termina la partida?

Bienvenido al juego de tu vida profesional. Este juego no finaliza mientras sigas trabajando porque, a la velocidad en la que cambian las cosas, vamos a estar pegando saltos de un área a otra hasta que dejemos de trabajar. Solo termina cuando termines tu vida profesional y entonces… entonces habrás de continuar con otro juego que debes de llevar en paralelo; el juego de la realización personal

(editado por sugerencia de Fernando Alonso)

Algunas zonas más…

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