TEN CUIDADO CON LAS PALABRAS QUE HABITAS PORQUE ELLAS ACABARÁN HABITANDOTE A TI

TEN CUIDADO CON LAS PALABRAS QUE HABITAS PORQUE ELLAS ACABARÁN HABITANDOTE A TI

Nos relacionamos con nosotros mismos a través de las palabras. Esa vocecita interior nos habla utilizando el lenguaje y cuando hacemos algo mal y maldecimos lo hacemos diciendo una palabra, igual que cuando intentamos animarnos a nosotros mismos o nos argumentamos una decisión.

Las palabras habitadas

Luis Castellanos hace en El Jardín de Junio un trabajo increíble ayudando a profesionales, desde deportistas a consejos de dirección, a utilizar un mapa de palabras que mejore su rendimiento y genere una motivación más positiva.

La idea básica es analizar mediante electroencefalografía o software de interpretación facial el impacto emocional que tienen las palabras que usas o escuchas habitualmente para mejorar el rendimiento y el estado de ánimo.

La historia es que Luis me introduce al concepto de Las Palabras Habitadas que se refiere a que todo ser humano habita determinadas palabras que son las que condicionan y reflejan su personalidad, creencias, etc.

Me encanta.

Sobre todo por la visión recíproca; cómo condicionan tu personalidad las palabras que usas recurrentemente.

Tengo un amigo al que siempre que le preguntas que qué tal está, te contesta: “¡Espectacular!”. En realidad no te está contestando cómo le va, te está contestando cómo se está tomando cómo le va. Del mismo modo tenía muchos amigos que a la misma pregunta te ponían mala cara y te soltaban un lacónico: “tirando..”. Digo ‘tenía’ porque esta gente suele hacer que se te quiten las ganas de hablar con ellos.

Ten cuidado las palabras que habitas porque ellas acabarán habitándote a ti.

El régimen de convivencia de las palabras

He llegado a la conclusión de que, viviendo en sociedad, no solo es importante las palabras que habitamos, sino también el régimen de convivencia que tenemos con ellas.

A la hora de habitar las palabras, tenemos varias formas de relacionarnos con ellas y con las personas que nos rodean porque una palabra solo une a dos personas o más en el momento en que significa lo mismo para todas.

Las grandes confusiones en la sociedad vienen por el hecho de que utilizamos una misma palabra pero la interpretamos de distinta manera. Así la ‘agilidad’ de algunos resulta exasperante para otros, los ‘riesgos’ no son tal para los más innovadores y la ‘consumer-centricity’ es patética para los empáticos.

Estos son algunos de los tipos de relación entre significados y personas.

1. La comunidad de vecinos

En este caso, un grupo amplio de personas, una sociedad, convive en una palabra aunque, cuando entra en su piso, cada uno la interpreta a su manera. Así, todos tenemos compromiso con nuestra ‘familia’ pero para algunos la ‘familia’ es solo la ‘familia cercana’, para otros se refiere a un concepto más extenso, para otros la ‘familia’ son los ‘amigos’, etc.

Y es que hay palabras que, cuando caen en sociedad, pierden los matices y con las que debemos tener cuidado de no dar por entendido que para todos funcionan igual. Cuando decidimos habitar la ‘transformación digital’ se nos olvidó especificar en la junta de vecinos si esto iba de innovación disruptiva o de eficiencias. Y así nos va, que el de financiero tira por un lado y el de marketing por otro. En las empresas es el mal más común. En el comité de dirección se buscan palabras para tener la sensación de acuerdo aunque se sepa que cada uno va a hacer lo que le dé la gana

Lo mismo sucede como país, donde palabras como ‘derechos’, ‘libertad’ o ‘convivencia’ tienen tantas interpretaciones que en realidad ya no significan nada. Otras palabras las prostituimos a base de ampliar su significado para exagerar el impacto como ‘violencia vial’ para hablar de ‘accidentes de tráfico’. Acabaremos acusándonos de ‘violencia visual’ por mirarnos mal…

2. La familia con hijo adolescente

Hay otras palabras cuyo significado es más o menos homogéneo en el grupo, salvo para algún elemento del mismo que es parte de la unidad porque convive bajo el mismo techo, pero que se rige bajo sus propias normas.

Últimamente hemos visto a Miquel Iceta o a Donald Trump para los que ‘Democracia’ es participar en una votación pero respetando el resultado solo si sale lo que ellos quieren.

No, no mires como si fuese algo ajeno. En las empresas siempre hay uno que va a su bola. A lo mejor eres tu…

3. La pareja

Este caso se da en entornos cerrados, cuando una palabra adquiere metasignificados con un elevado compromiso para un número limitado de personas. Es como cuando esa pareja sueña con ‘Vivir en el Campo’ o están buscando un hijo y la palabra ‘Familia’ parece que significa algo más.

Personalmente me encanta la complicidad que se crea cuando dos personas encuentran un espacio de intimidad en una palabra. Me gusta tener palabras con personas que definen lo que tenemos en común.

También utilizar palabras que se que tienen un gran impacto en la persona que las escucha. No hay forma más bonita de motivar a alguien.

En el trabajo sucede igual. Encontrar la palabra para cohabitar con otra persona genera complicidad, alineación y siempre mayor rendimiento. Esta personalización de la relación hace que la misma sea más empática y productiva.

4. El piso de estudiantes

Es una unión más o menos temporal con una misión compartida, durante un tiempo determinado y bajo un estilo de hacer las cosas.

En este caso, es necesario buscar un set de palabras para ser habitadas por los miembros para que se definan los principios del grupo. Conviene incluso aterrizarlas en un manifiesto.

Podríamos poner como ejemplo al Cholo Simeone, que unió a la afición detrás del ‘partido a partido’ y, cuando este quedaba pequeño con respecto a las ambiciones, lo sustituyó por el ‘creer’.

En las empresas sucede algo parecido. Imaginemos un departamento de marketing en el que aparece la palabra ‘Propósito’ y de repente, como si fuese un virus, todo el mundo empieza a pensar en un impacto más amplio de su marca en la sociedad y a comunicar de una forma distinta.

Encontrar un marco lingüístico tras el que alinear al equipo es la clave para un grupo productivo y motivado.

Me equivoco porque camino por el sendero de las palabras

Hace tiempo, hablando con Fernando Gallardo, le comentaba la rabia que me da cuando un chaval dice que está ‘rallado’, utilizando esa palabra para definir la sensación de frustración porque la chica que le gusta no le hace caso, la rabia porque sus padres se divorcian o la impotencia por no ser capaz de aprobar. Al no explorar los matices de las palabras, se priva de la posibilidad de entender los matices de sus sentimientos.

Creo en ello, pero Fernando me contestó; “Te equivocas. Te equivocas porque transitas por el sendero de las palabras. La gente joven camina por lo audiovisual y claro que pierde matices con las palabras, pero la música con la que se expresan contiene matices que a ti se te escapan, pero si que llegan a sus amigos”.

Creo que tiene razón, y creo que yo también. Por eso me he propuesto entender cómo se habitan las palabras mientras sea el método principal de comunicación y comenzar a entender cómo se puede llegar a habitar una imagen o una melodía.

Porque la palabra en la que hace tiempo que dejé mi cepillo de dientes es ‘Diversidad’

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