TENER TIEMPO PARA PENSAR NO ES UN LUJO, ES UNA URGENCIA.

TENER TIEMPO PARA PENSAR NO ES UN LUJO, ES UNA URGENCIA.

La palabra ‘lujo’ no proviene de ‘lux’‘luz’– como se piensa comúnmente, sino de ‘luxatio’. Una luxación es cuando se separan las articulaciones, y es que el lujo sirve para separar.

Por eso, en periodos de entrada y salida de crisis, el lujo repunta, porque hay más necesidad de separarse de aquellos a los que les va mal.

Lo que sucede es que el nuevo lujo no está tan referenciado al dinero como antes. Siendo el dinero tan inestable, elegimos otros aspectos más humanos, más apropiables, más perdurables para marcar la diferencia.

El nuevo lujo no está en lo que tenemos sino en lo que somos

Así, el nuevo lujo se basa en marcar diferencias por autoconocimiento y autocontrol, pero especialmente por la capacidad de pensar diferente.

Y es que, si el 47% de los trabajos van a ser sustituidos por máquinas, solo nos queda reforzar aquello que nos diferencia de ellas, aquello que nos hace humanos: la disrupción, la creatividad, la empatía

¿he dicho “que nos diferencia”?

Efectivamente, necesitamos convertirnos en objetos de lujo, de lujo con respecto a las máquinas. O compites con ellas o te diferencias.

Las máquinas aún no piensan

Pues hay un factor común en todos esos procesos. Para pensar disruptivo, pensar creativo o pensar empático, hace falta solo una cosa: pensar.

Y pensar solo puede hacerse solo. En equipo generas estímulos y a través del diálogo enriqueces la reflexión, pero aterrizar una reflexión con consistencia, solo se puede producir en soledad.

Llegados a este punto, permíteme que reconstruya el silogismo:

Para tener más valor que las máquinas tenemos que ser más más disruptivos, creativos y empáticos.

Para ser más disruptivos, creativos y empáticos, hay que tener tiempo para pensar.

Para diferenciarnos de las máquinas, tenemos que dedicar tiempo a pensar.

Tener tiempo para pensar no es un lujo, es una urgencia

Tener tiempo para pensar, por lo tanto, no es un lujo, es una urgencia.

La gente que no valora el thinking es la misma que se queja de que no se hacen cosas diferentes.

No entienden que es una relación causa-efecto.

Una idea no es más que una nueva combinación de viejos elementos y para combinar de forma diferente viejos elementos, hace falta tiempo de observación, análisis y reflexión.

Por lo tanto, si queremos progresar, dedicar tiempo a pensar es una urgencia.

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Cuando escucho a alguien decir que pensar es un lujo, la impresión que me da es que creen que las ideas son una iluminación‘lux’y no una luxación de las inercias

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