Hace años que ya hablé de Phil Zimbardo, profesor emérito de psicología de la Universidad de Stanford y una eminencia en el concepto de perspectiva temporal.
Leyendo La Ciencia del Lenguaje Positivo (Ed. Paidós), Luis Castellanos menciona el enfoque de Zimbardo sobre la toma de decisiones:
Ustedes toman una decisión sobre la cual basarán una acción. Para algunas personas todo depende de lo que existe en la situación inmediata, lo que otra gente está haciendo y lo que ellos están sintiendo. Y a esa gente, cuando toma sus decisiones en ese formato, las llamaremos personas ‘orientadas al presente’. Porque su enfoque se centra en lo que hay en el ahora. Para otros, el presente es irrelevante. Siempre se trata de “¿en qué se parece esta situación a mis experiencias pasadas?”. Así que sus decisiones están basadas en recuerdos del pasado. Nos referiremos a ellas como personas ‘orientadas al pasado’. Porque se enfocan en lo que fue. Para otros, el pasado no importa, tampoco el presente, únicamente se trata del futuro. Su atención está siempre enfocada en anticipar las consecuencias. Análisis de costos y beneficios. A ellos los llamaremos ‘orientados al futuro’. Su preocupación está en lo que será.
Que claro se ve ¿verdad?
Es fácil de detectar a qué grupo pertenecemos en función de la conjugación verbal que utilizamos para argumentar las decisiones.
Mi punto aquí está en la defensa de la diversidad. Hace tiempo que no creo en las verdades absolutas y me encanta escuchar opiniones encontradas. Eso no quiere decir que las decisiones deban ser consensuadas. Deben ser sometidas a una multiplicidad de enfoques, pero tomadas por un solo agente. Si no, salen híbridos que intentan agradar a todos y no lo consiguen con nadie.
En este caso, me parece interesante el dialogo interno entre nuestro yo del pasado, del presente y del futuro. Sabemos que la decisión la tomará el ‘yo’ que predomine en nosotros. Pero el ejercicio de escuchar a nuestras otras versiones siempre nos permitirá tomar decisiones más informadas, enriquecidas por la experiencia, incorporando el instinto presente y contemplando el impacto en el futuro.
Siempre lo hice así, es lo que me pide el cuerpo y es lo mejor para mi futuro
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